lunes, 1 de junio de 2009

Elisa Carrió, candidata a diputada nacional

Es más conocida por su apodo “Lilita”. Divorciada, edípica hasta el fanatismo, gorda por decisión propia, aventurera, mística. Llita quiere ser presidente, pero dice que no va a "a perder tiempo en la peluquería para lograrlo". Actualmente no lidera la lista del Acuerdo Cívico para diputados nacionales y dijo que la estrategia era apuntalar a Alfonso Prat-Gay. En Marzo, trascendió que no sería candidata pero Lilita sorprendió a todos ordenando que le guardaran un puesto "para ayudar a enfrentar a Gabriela Micceti".

Elisa Carrió nació en 1956 en la provincia del Chaco. Fue fundadora del partido Afirmación para una República Igualitaria (ARI), líder de la Coalición Cívica (CC) que integra el Acuerdo Cívico y Social (ACyS). Pertenece a una familia tradicional, cursó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad de Resistencia. Se recibió de abogada en la Universidad Nacional del Nordeste en 1978 e hizo estudios de doctorado, que no completó (falta la entrega de tesis), en Derecho Público en la Universidad Nacional del Litoral.

Lilita va a misa todos los días en la iglesia de San Nicolás de Bari o en Las Esclavas. "Yo busco la felicidad desesperadamente", había declarado. Se casó a los 16y fue madre a los 17. Pero su matrimonio venía con el plazo de vencimiento escrito en el destino, y a los 18 conoció el dolor de la separación y la maledicencia de los comentarios de pueblo. Ella hizo ojos ciegos a la mirada ajena y volvió con sus bártulos y su niño al refugio de su familia de origen. A los 19 perdió a seis compañeros de facultad y a su novio en un accidente de autos al que ella logró sobrevivir. Más tarde, se volvió a enamorar y puso los ladrillos de una familia nueva. Tuvo dos hijos más con su nuevo esposo y convivió con los que él traía de un matrimonio anterior. Por eso suele declarar que es madre de ocho chicos, cuando en realidad sólo tres son suyos.

Por pedido de su mentor, Raúl Alfonsín, se presentó como candidata a Convencional Constituyente para reformar la Constitución Nacional en 1994. Una vez electa se desempeñó como miembro de la Comisión Redactora y como miembro de la Comisión de Tratados Internacionales siendo una de las principales impulsoras y redactora de la introducción de ellos a la nueva Constitución. Es la autora de la ley que da jerarquía constitucional al Tratado de Desaparición de las Personas. Su actuación en la Convención le posibilitó ser electa diputada en las elecciones de 1995.

Las problemáticas centrales de su trabajo han estado y están permanentemente asociadas a la construcción de una República, "que no puede pensarse sin democracia y a una democracia que no es posible sin justicia ni verdad". Entre mayo y noviembre de 2001 presidió la Comisión especial investigadora Sobre Hechos Ilícitos vinculados con el lavado de dinero en la Cámara de Diputados, lo que le valió una serie de amenazas de muerte.

En el mes de marzo del año de 2001, en ocasión de tratarse en el Congreso Nacional el pedido de la entrega de Poderes especiales para el Poder Ejecutivo, la diputada Carrió decidió su alejamiento definitivo del Bloque de la Unión Cívica Radical. El 17de mayo de ese año, fue presentado en sociedad el nuevo espacio político Alternativa por una República de Iguales con un gran acto público en el Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires.

En el año 2003, como candidata del flamante partido ARI fue la primera candidata a Presidenta de la Nación mujer en la historia Argentina y obtuvó cerca de 3 millones de votos. Para Lilita, la política es capacidad de invención, de hacer mediar entre el deseo y la acción el espacio moral. Una capacidad, por lo tanto, de estar en condiciones de crear una nueva cultura que le de sentido a una forma alternativa de ejercer el poder.

Hasta fines de marzo del 2007 se desempeñó como diputada Nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Renuncia a su banca de diputada nacional para conformar un espacio, según sus propias palabras, "plural de participación y consenso"; conformado por "agrupaciones políticas, integrantes de ONGs y ciudadanos que convergen en una propuesta programática común y con una total coincidencia en los Principios de República, Ética y Distribución del Ingreso, buscando crear una cultura política distinta, con herramientas creativas que despierten la confianza de los Ciudadanos y Ciudadanas con sus gobiernos." Se denominó Coalición Cívica, la cual preside desde entonces.

En el 2008 fue por segunda vez candidata a Presidenta de la Nación por la Coalición Cívica, en octubre de ese año se realizó la elección presidencial que la dejó ubicada en el segundo lugar con el 24 % de los votos. También, se desempeña como Coordinadora General del Instituto de formación cultural y política Hannah Arendt, que fundó en mayo de 2004, y por el que ya pasaron más de cuatro mil alumnos.

El 11 de noviembre de 2008 la titular de la Coalición Cívica regresó a la sede del Comité Nacional de la UCR después de varios años, acompañada por los principales dirigentes de su agrupación y manifestó su "más firme voluntad de construir una alternativa de gobierno absolutamente coherente sobre una base programática".

Respecto de sus anteriores diferencias con el radicalismo, la dirigente aseguró que el acuerdo es fruto de la "madurez, respeto y confianza personal a lo largo de toda la vida". "Muchos hemos estado en diferentes posiciones políticas pero nunca hemos perdido la amistad, ni la confianza", reconoció.

Para sus admiradores, Elisa Carrió es una mujer carismática e insobornable. Sus detractores señalan, por su lado, que es autoritaria y personalista. Lo que sí es indudable es que en la política, goza de popularidad gracias a su trayectoria anti corrupción.

Ella no cuenta con financiamiento privado ni un partido sólido que la respalde, sino una coalición cívica. A Carrió se le vincula con una imagen de izquierda, que no es capaz de hablarle al centro de Argentina, pero ha tratado de contrarrestar esta percepción al incluir en su equipo a personalidades como el ex presidente del Banco Central Alfonso Prat-Gay.

Lilita, la abanderada de la ética. Lilita, la implacable. Lilita, la cristiana fiel en busca de la santidad. "Cometí muchos errores y violé casi todos los mandamientos. No voy a la Iglesia porque soy santa sino porque soy profundamente pecadora", se ataja.

1 comentario:

Taller III - Ciencias de la Comunicación dijo...

Muy bien. También releer que se han pasado algunos errores intrascendentes.
Saludos, Clarisa.